Mi confrontación con la docencia
Este trabajo es una reflexión sobre mi confrontación con la docencia, presentado en la unidad 1, de la especialidad de competencias docentes, sexta generación, impartido por la UPN en línea.
Buenas tardes Asesor y compañeros:
Espero que todos estén bien, les quiero comentar una parte de mi vida que me llevo a tomar la decisión de ser profesor.
Mi profesión es la de Licenciada en Ciencias de la Informática , trabajé en el área desde 1984, pasando por diferentes sectores, Gobierno, Iniciativa privada y Paraestatal; los puestos más altos que tuve fueron de Jefe de Departamento de Mantenimiento y Desarrollo de Sistemas en la Secretaria de la Contraloría General de la Federación , subgerente de Sistemas en la Iniciativa Privada
Dejo esta dinámica en 1997, para esperar a mi bebé (después de muchos años de tratamiento), por lo que no me quise arriesgar, tuve un embarazo de alto riesgo, pero un final muy feliz, al mes y medio de nacido mi bebe, muere mi madre y esto me metió en una profunda depresión.
En el 2000 por prescripción medica se me indico que necesitaba volver a trabajar, un buen samaritano (a quien le estoy muy agradecida), me dijo que solicitaban profesores en el Colegio de Bachilleres y que la docencia era muy noble, ya que podía trabajar unas horas y no era pesado ni absorbente.
Aplique mi examen, tome los cursos y aprobé, en la bienvenida el director General del Colegio de Bachilleres nos menciono que la docencia “ERA UN APOSTOLADO”, y esas palabras me han acompañado desde entonces.
¡Pero fui engañada! , la docencia no es tranquila, al contrario es a mi parecer el trabajo más dinámico y absorbente que he tenido, cuando te engancha es toda una aventura llena de compromiso y responsabilidad. En mis anteriores trabajos lo peor que podía pasar era perder tiempo y dinero$, pero en un salón de clases le puedes cambiar la vida a un joven. ¿Qué sentí cuando me di cuenta de toda la responsabilidad que tenia en mis manos?, realmente mucho miedo, y un gran orgullo de ser maestra, al darme cuenta que no solo enseñamos a los alumnos los temas de nuestra asignatura, si no somos el ejemplo para muchos de ellos, esto es un compromiso de tiempo completo, y no de unas cuantas horas.
Toda la experiencia profesional me ayudo, pero tuve que prepararme para poder desarrollar mi función docente. Me sentí frustrada, ¿de qué me servia en esos momentos tanta experiencia laboral?, si no podía encontrar la forma adecuada de transmitir mis conocimientos a los muchachos, sabia trabajar con personal a mi cargo, pero los alumnos distan mucho de eso.
¿De qué manera me prepare, para afrontar el reto?, tome cursos de dinámicas de grupos, practica educativa y elaboración de reactivos, estos cursos me ayudaron poco a poco a ir encontrando la luz y con ella la libertad, como dice el profesor José M. Esteve.
Al sentirme libre aprendí a escuchar a mis alumnos y no solo a oírlos y reconocer sus señales (gestos, miradas, etc.) para ir moldeando la clase a las exigencias y no permitir que se aburran o se pierdan en el proceso de enseñanza aprendizaje.
Dure un año como maestra y me convertí en jefa de materia de informática, combine el trabajo académico con mis profesores y el trabajo administrativo en el plantel (realizábamos muchos trabajos, como estadísticas, informes, etc.), esto me dio la oportunidad de tratar a los jóvenes desde otra perspectiva, así como de enterarme que el trabajo del docente trasciende mas allá de un salón de clases, a veces pensamos que nos califican solo con estadísticas, pero cuando se esta del otro lado nos damos cuenta que esas estadísticas frías, tienen mucho significado, esto me hizo valorar aun mas la albor decente y darme cuenta que nuestros estudiantes enfrentan diversas problemáticas que sin lugar a dudas se reflejaran en nuestro salón de clases, la comprensión y la tolerancia juegan un papel muy importante en nuestra profesión, sin convertirnos en maestros complacientes a cualquier capricho.
Al conocer las problemáticas a los que enfrentaban los alumnos, comprendí que debemos ser maestros de humanidad, tal como lo dice el profesor José M. Esteve.
En esta época trabaje con los maestros de mi academia para que trabajaran con todos los estudiantes y no me los dejaran en el camino, fue muy impactante para mi darme cuenta que grupos que iniciaban con 40 alumnos terminaban con 20 y además no todos pasaban, informática es una materia que normalmente les gusta a los estudiantes, la jefatura me ayudo a entender lo que no se debe hacer y buscar alternativas para solucionarlo. También la experiencia docente es aprender de otros, tanto lo bueno como lo malo, para no repetirlo.
Me preocupa formar estudiantes con conocimientos, no solo de nuestras asignaturas, si no responsables y capaces de enfrentar los retos diarios.
Trato de encontrar las mejores estrategias de enseñanza-aprendizaje, para llevarlas a cabo en mi práctica diaria.
Necesito despertar el deseo de que sigan preparándose, para ser mejores.
Enfrento las dificultades, aceptando mis errores y tratando de prepararme para no volverlos a cometer.
La docencia me llena en muchos aspectos, tengo tiempo para atender a mi familia y estar al pendiente de mi hijo, claro tenemos muchas actividades como profesores pero la noche es larga, el trato con los alumnos es muy enriquecedor, y cuando después de trabajar mucho se concientizán que todo es para su buena formación académica, social y ética, con una sola sonrisa vale la pena. Cuando un alumno regresa a platicarme sus logros me siento muy orgullosa y me doy cuenta que no hago tan mal mi trabajo. A veces llego corriendo al plantel y al cruzar el patio muchos alumnos y exalumnos me saludan, cuando llevas prisa es cuando te das cuenta las veces que tienes que detenerte para contestar un saludo, y eso me alegra el día y me llena de satisfacción.
Como en todos los trabajos cuando no eres condescendiente con alguien eres mala, pero esos comentarios no solo son de los alumnos si no de tus propios compañeros. A lo largo de 26 años de experiencia laboral he aprendido solo tomar aquellos comentarios que me enriquezcan y me ayuden a crecer como persona en todos los ámbitos, personal y laboral, aunque no dejan de doler un poco.
El ser profesor de bachillerato me da la oportunidad de ayudar a los jóvenes a construir los cimientos sólidos y fuertes que soportaran todos los aprendizajes del nivel superior así como de los ámbitos personales, sociales y éticos, que los acompañaran toda su vida. ¿Qué pienso de mi actividad como docente de bachillerato?, he aprendido mucho, de mis compañeros, de los alumnos y con todos los cursos que he tomado, pero lo más importante, he cambiado mi forma de pensar, la actitud es fundamental para lograr cualquier objetivo, y mi objetivo actual es seguirme preparando para poder seguir guiando a mis alumnos, y no solo en los contenidos de las materias que imparto si no en la vida.
Bueno compañeros me despido, y me dio mucho gusto compartir una parte muy importante de mi vida, que tengan una excelente semana.
